932 17 83 96

689 29 35 68

info@creixbarcelona.com

c/ Teodor LLorente, nº 2, Baixos,
08041 Barcelona

Regresiones infantiles y como enfrentarlas.

Las regresiones infantiles pueden aparecer ante la necesidad de reforzar la sensación de seguridad.

Maria Giménez González | Psicóloga general sanitaria | 21 de noviembre de 2023

En contra de lo que se tiende a pensar, el desarrollo infantil no es lineal, es decir, hay periodos de estancamiento, períodos de adelantamiento y períodos de retroceso.

Es en este último caso cuando hablamos de regresiones infantiles, que aparecen cuando niños y niñas dejan de ejecutar una habilidad, capacidad o meta del desarrollo que ya han adquirido y dominan, y vuelven a una etapa anterior de sus procesos de aprendizaje, de manera temporal.

Suelen mostrar conductas propias de niños/as más pequeños, como por ejemplo:

  • Pedir el chupete.
  • Hablar i/o actuar como un bebé.
  • Enuresis (incontinencia urinaria) y/o encopresis (incontinencia fecal).
  • Chuparse el dedo.
  • Querer beber en un biberón o comer en forma de papillas.
  • Pedir ayuda para vestirse y/o utilizar el lavabo.
  • Reclamar constantemente a los cuidadores en el momento de ir a dormir.
  • Querer jugar exclusivamente con juguetes de bebé.

¿Por qué aparecen las regresiones infantiles?

La evolución normal de los niños no pasa por dejar atrás unos comportamientos e inmediatamente alcanzar otros nuevos, sino que los ya adquiridos pueden coexistir con otros más primitivos temporalmente.

Es bastante habitual que los pequeños presenten estas conductas cuando necesitan que les refuercen la sensación de seguridad, ya sea bien por cambios en el entorno como problemas entre los progenitores, desaparición de las figuras de apego, mudanzas, inicio de la etapa escolar , llegada de un hermanito/a, etc.; o bien simplemente por el proceso de crecer y los temores que éste comporta, ya que al hacernos mayores se nos exigen más responsabilidades y más independencia en las tareas, y aparece inseguridad, desorientación y miedo a lo desconocido. Es por eso que de vez en cuando pueden necesitar de forma pasajera “dar un paso atrás” y volver a un estado en el que se sentían más atendidos, recogidos y estables.

En otras ocasiones, las regresiones pueden ser señales de alarma e indicadoras de otros tipos de problemáticas más graves que pueden estar generando ansiedad y nervios a los niños y niñas como bullying, maltrato verbal o físico o abuso sexual infantil.

¿Cómo actuar en casa?

  • Mostrar comprensión y ser pacientes: No forzar revertir la conducta de un momento a otro, puesto que actuar desde una posición rígida y estricta puede tener incluso un efecto más estresante y alargar la duración de las conductas regresivas.
  • Quitarle hierro a la situación: Como hemos dicho, las conductas regresivas son una necesidad y por tanto, los pequeños deben poder expresarlas y apaciguar su ansiedad. Primero atenderemos su necesidad emocional, y después corregiremos la conducta sin avergonzarle/a ni realizar comentarios negativos.
  • Ayudarles a gestionar sus emociones de una manera sana y navegar los cambios: Podemos hablar abiertamente desde pequeños y nos podemos ayudar de recursos como cuentos, que adaptaremos según el niño/a y caso concreto. Por ejemplo: El talismán de la Luna (de Maryorie d’Antagnan y Jorge Barudy).
  • Dedicarles más tiempo sin reforzar las conductas regresivas: No imitar el habla de bebé o animarles a que sigan con la conducta regresiva; muchas veces desaparecen de forma natural si no obtienen reforzamiento o acaparan atención. Sin embargo, podemos reforzar las conductas ya alcanzadas que hacía normalmente, enseñarle que no tiene la necesidad de realizar las conductas regresivas para captar nuestra atención ni para sentirse acogido y protegido.
  • Reflexionar si somos los progenitores, cuidadores u otros familiares quienes podemos estarpotenciando estas conductas: ¿Le hablamos en un tono más infantilizador imitando su habla? ¿Mostramos conductas o hacemos comentarios que delatan que no nos gusta que se haga mayor? ¿Le estamos transmitiendo inseguridad o estrés a los adultos por situaciones familiares, ambientales, cambios importantes, etc.?
  • Consultar con un profesional si después de unas semanas las conductas no se reducen o desaparecen, en caso de que se tengan sospechas sobre otras situaciones más complejas que las puedan haber originado, o si se necesitan más pautas parentales concretas y adaptadas.